Las estepas son regiones dominadas por pastizales y matorrales, que se enfrentan a veranos muy calurosos, inviernos extremadamente fríos y reciben muy pocas precipitaciones. Las estepas tienen, por lo general, suelos rocosos y ricos en minerales, y se encuentran cerca de cadenas montañosas importantes que bloquean los vientos preponderantes y la humedad que estos acarrean. Como resultado, las plantas únicas de las estepas son algunas de las más resistentes del planeta.
Existen cuatro regiones de estepa importantes en la Tierra: la norteamericana (que incluye a Colorado), la sudamericana, la de Asia Central y la sudafricana. Este jardín de un cuarto de acre junta estas estepas para poder explorar sus similitudes y diferencias.
Las regiones de estepa abarcan millones de millas cuadradas y contienen ecosistemas que van desde el bosque al desierto y desde los territorios alpinos a las llanuras. Para representar la inmensa diversidad de flora de estas grandiosas regiones, el Jardín de la estepa se encuentra diseñado para imitar una variedad de entornos. Las plantas de cada región se han combinado de forma novedosa.
La estepa sudafricana y su rica variedad geográfica es el epítome de la diversidad botánica. Al oeste, las altas concentraciones de suculentas, bulbos y plantas anuales se convierten en un matorral adaptado a la sequía. Más al este, los pastos y las plantas perennes pasan a ser praderas de gran altitud en espectaculares cadenas montañosas.
La cantería del Jardín de la estepa imita el hábitat natural de las plantas que prosperan en las grietas y fisuras de las rocas, conocidas como casmofíticas.
La estepa sudamericana, ubicada en la Patagonia, se encuentra dominada por plantas que crecen bajas, en forma de cojín, así como por arbustos adaptados a la sequía y pastizales dispersos.
Implementar el Jardín de la estepa requirió de la creación de un nuevo mundo en los Jardines Botánicos de Denver. Canteros, paisajistas y horticultores trabajaron juntos para concebir estructuras y suelos que crearan un jardín espectacular en poco espacio y proporcionara un hogar a una amplia variedad de flora de estepa.
Se utilizaron cientos de toneladas de piedra, arena y gravilla para crear una montaña en miniatura que formaría la base visual del Jardín de la estepa.
Se enterraron a gran profundidad bloques de arenisca, de los cuales solo puede verse una pequeña porción. La roca enterrada crea un microclima para las plantas, donde el agua se acumula y las temperaturas son más moderadas.
La maceta central con forma de almohadón del Jardín de la estepa fue construida cortando y uniendo laboriosamente delgadas piezas de arenisca. Los espacios bellos y funcionales que separan las rocas contienen un jardín de fisura.
Con el objetivo de contar esta historia, se hizo uso de la apariencia natural de la piedra, así como de la perspectiva y la escala, para ayudar a traducir la idea de las estepas, en lugar de solo imitar su apariencia.
La cantería del jardín debía ser irregular y espectacular. Cada una de las piezas de arenisca de Colorado fue seleccionada por su color y forma natural. Luego, se unieron las piedras en el mismo sitio para crear crestas armónicas y de aspecto natural.
Las tres macetas centrales del Jardín de la estepa se elevan con severidad en este paisaje rocoso, contrastando con las suaves curvas de los bordes de los canteros, que resaltan la influencia del ser humano en este espacio natural.
Para crear un aspecto de profundidad y extensión en un espacio reducido, los diseñadores utilizaron una técnica llamada perspectiva forzada. Al disponer el ángulo de las estructuras de piedra del jardín a lo largo de las mismas líneas, se dirige la mirada hacia el pico de la Pirámide Científica, creando la sensación de una vista distante.
La gran extensión de las regiones de estepa implica que sus verdaderas fronteras son ambiguas y variables. Sin embargo, las condiciones climáticas suelen dictar qué plantas podrán sobrevivir o no en el Jardín de la estepa. Por ello, se realiza una profunda investigación sobre los rangos naturales de plantas antes de incluirlas en nuestra colección.
En la naturaleza, las plantas suelen crecer en densidades mucho mayores a las de los jardines. Para lograr un aspecto natural, el Jardín de la estepa presenta un cultivo denso de plantas en varias combinaciones, que crea un tapiz de color y textura.
No existe la "temporada baja" en el Jardín de la estepa. La inmensa exposición de bulbos primaverales lleva a la floración de verano. Los vibrantes colores del otoño se desvanecen para revelar la compleja estructura de las plantas que solo son visibles en los meses invernales.
Al igual que las regiones de estepa que imita, la exuberancia de este jardín no se debe a grandes cantidades de agua. Los pastos, las suculentas y los arbustos, especies que toleran la sequía y se encuentran plantadas densamente, crean abundancia en un jardín seco.
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